Madre Madre Manuela Montoya Lorenzana
Manuela Montoya, bogotana, de clase media alta, había nacido el 22 de marzo de 1874. Gustaba de la poesía y dedicaba a su Señor Sacramentado cuantas cosas bonitas decían los poetas, tenía el hábito de la lectura en español y en francés; era fuerte en literatura e historia, no así en matemáticas. Manuela pasó de una vida cómoda: mesa abundante, alcoba abrigada, armario con suficiente ropa, zapatos y perfumes finos, a usar una modesta y pobre túnica, a vivir en una fría y húmeda casa, a confeccionar ropa para las niñas, de los talegos en que venía la harina, a dormir en un colchón y almohada de paja, a compartir con los pobres en vajilla de barro y mesa sin mantel, los alimentos que pedían para su diario sustento, y a inhalar la fragancia de la creolina, para contrarrestar los insectos que las invadían.
En algunos testimonios de las religiosas que convivieron con ella, se destacan las principales virtudes y las características de su vida: acendrado amor a la Eucaristía, amor filial a la Santísima Virgen, caridad ejercida en particular con los pobres, desvalidos y culpables, bondad y paciencia, gran confianza en Dios y una paz inalterable, humildad y amor a la pobreza, mortificación y fortaleza, enamorada de Jesús Sacramentado y celosa de su culto; toda su vida la pasó haciendo el bien, silenciosa y desapercibidamente.